SanFran - Apartheid metahumano
Tras la llegada de los japoneses a San Francisco, el 5 de Noviembre de 2036, Saito declara la Ley Marcial, que el alcalde Whitman anuncia como "una medida temporal mientras se implementa un programa de transición que garantice la seguridad". Se forma una nueva junta de gobierno para San Francisco "que se disolverá en cuanto la estabilidad esté restaurada y las antiguas autoridades de la ciudad pueda retomar sus funciones".
Whitman dimite dejando paso a la junta de gobierno militar presidida
por Saito. El Presidente Treade queda solo desde Sacramento sin poder
real para frenar a Saito en San Francisco, y con Los Ángeles mas
preocupada de sí misma que de una California unida.
Saito prohibe a los metahumanos estar fuera de Oakland o Berkeley, lugares designados para ellos (a todas luces, como castigo al progresismo que Berkeley irradia y Oakland recibe), bien apartados al otro lado de la bahía, aprovechando que se habían fusionado con San Francisco en 2020 y 2021, y quedaban bajo su control. Las tropas
Japonesas comienzan a reubicar a los metahumanos mientras aparecen las primeras protestas por
racismo y los primeros grupos antiocupación (germen de las muy
combativas Alianza 25 de Octubre, y Ejercito del Pueblo Metahumano).
Ley de Redistribución Metahumana de 2038
La Ley de Redistribución Metahumana de Saito en realidad limita bastante más que lo que su nombre sugiere, pues no solo determina que los metahumanos no deben salir de Berkeley u Oakland ("para facilitar la adaptación de todos a la nueva normalidad, conviviendo cada especie consigo misma, con sus necesidades y constumbres propias") si no que impone nuevas leyes como que;
- Un metahumano no puede transitar fuera del área designada, nisiquiera viajando a través del espacio astral. Esto significa que un metahumano no puede desarrollar actividades laborales fuera del área designada, aunque esto no impide contacto a través de la matriz, si la actividad laboral se realiza en el área designada. Tampoco puede ser trasladado por cuestiones médicas, para recibir sepelio, o motivos de fuerza mayor, aunque se permite comparecer a los juzgados o ser llevado a prisión.
- Un metahumano no puede poseer total ni parcialmente propiedades inmobiliarias fuera del área designada. Un metahumano puede aparcar un vehículo vía piloto automático, p.ej fuera de Berkeley y Oakland, pero no poseer un piso, o ser copropietario de un local. Podrá incluso alquilar un apartamento, pero no podrá hacer uso de él.
Esto causó que las viviendas fuera de Berkeley y Oakland de metahumanos dejasen de ser suyas, en muchos casos para que humanos de Oakland y Berkeley se mudasen a ellos para dejar espacio a los metahumanos que eran enviados allí. También algunas buenas propiedades pasaron a manos de ciudadanos japoneses afines al Imperio.
- Un metahumano no puede trabajar en empresas que no fuesen propiedad de un metahumano. Esta limitación afecta al trabajador metahumano físicamente ubicado en la metroplex, con independencia de que trabaje para una empresa ajena a la ciudad.
Esto causó enorme paro, pues de los aproximadamente 5 millones de metahumanos de la bahía prácticamente todos vieron sus contratos de trabajo ilegalizados y sus fuentes de ingresos cortados y dificutado el conseguir nuevos trabajos. Literalmente, la mano de obra requerida ahora era inferior a la población parada entre los metahumanos, lo cual sigue causando a día de hoy familias pobres, que causa un bucle por el cual emprender es complicado, limitado a una población con escasos recursos.
- Un metahumano no puede poseer empresas físicamente ubicadas fuera del área designada. Es decir, para poder poseer o participar en un negocio, el metahumano debe tener ese negocio en Orkland o Berkeley. Y por extensión, los trabajos de metahumanos se encuentran allí.
En un primer momento, esto pretendía impedir que se poseyesen empresas incluso fuera de San Francisco, pero el recurso por este aspecto concreto contra la Corte de Sacramento en 2038 dejó claro que no es potestad municipal este tipo de impedimentos (A cuestionar la legalidad de la ocupación no se atrevió).
Esto causó que las empresas que no pudieron ser trasladadas, fueron disueltas, y en algunas casos entregadas a otros ciudadanos japoneses afines al Imperio que continuaron con su gestión y cosechando los beneficios. La posesión de acciones de empresas cotizadas en bolsa cuenta para esta restricción (si están asentadas en la metroplex). San José se ha beneficiado fuertemente de esta prohibición acogiendo las empresas de los empresarios metahumanos.
- Un metahumano no puede ejercer ciertos oficios, siempre que su cliente pueda ser otro ciudadano no metahumano. Como profesor, médico, abogado... Esta limitación afecta al trabajador metahumano físicamente ubicado en la metroplex, con independencia de que trabaje para una empresa ajena a la ciudad.
Esto no limita a aquellos funcionarios del ELC, en tanto su puesto depende de la nación Californiana y no de San Francisco, pero significa que los metahumanos no pueden realizar ciertos trabajos, ya que cualquier humano tiene derecho de acudir p.ej a una academia de Oakland a aprender programación y resultar que su profesor es un orco. Para la empresas que quieren arriesgarse, a veces cuela no aceptar clientes humanos, o no vincular jamás a clientes humanos con profesionales metahumanos cuando esta norma pueda incumplirse, alegando la empresa que no se ha producido esa relación cliente-profesional, pero es un terreno resbaladizo que muchas veces ha terminado mal para todos, ya que "siempre que su cliente pueda ser" se interpreta bastante estrictamente la mayor parte del tiempo, y los empresarios metahumanos no se arriesgan a decisiones que dependen más de la necesidad de imagen del momento que de una jurisprudencia real.
El consejo municipal se encarga de juzgar los casos de ilegalidades que descubra o le sean denunciadas, y suele ser bastante raudo en dirimir estos casos, con penas que van desde la cárcel (privadas que obtienen beneficios del trabajo de los presos, casi siempre), o multas, hasta los latigazos en público como medida de disuasión. No hay que ser politólogo para entender que estas medidas buscan crear una clase social de parias que apartar a un lado como si no existiesen.
Esto recuerda indefectiblemente a la política del Imperio Japonés con la isla de Yomi, una isla volcánica emergida en 2019, a donde se envia a los metahumanos y otros enemigos del Imperio (una política pactada por el Emperador Kenichi, el Consejero de Seguridad Yasunaga, y la Consejera de Industria y comercio internacional, Saito Mariko).
La Ley de Redistribución metahumana comenzó en 2037 como estrictamente una ley para mover a los metahumanos a Berkeley y Oakland, pero en 2038, con la redistribución todavía en curso se endureció como castigo al nacimiento de la MPA y la Alianza 25 de Octubre hasta contener todos los puntos que hoy en día contiene.
Se pueden emitir diversos tipos de autorizaciones para todos estos casos; desde permisos de trabajo en empresas no metahumanas, a salvoconductos de ida y vuelta al trabajo, a permisos de libre circulación o de residencia. Todo es posible en teoría.
La realidad es que se hace la vista gorda principalmente con aquellos metahumanos adinerados que aportan donativos a la causa de Saito (y nisiquiera ellos están libres, pero se les permite, p.ej, pasar sus empresas a un testaferro humano mientras elos disfrutan de un salvoconducto para vivir y circular por San Francisco) o aportan de alguna manera, y con quienes tienen suerte o son necesarios para poder decir que no es racismo la razón de estas medidas, si no que "se transige cuando es necesario y no diluye el objetivo de facilitar la convivencia de cada especie consigo misma y sus particularidades"
Como fuere, cualquier metahumano que reciba cualquier clase de dispensa queda obligado a portar siempre tanto su(s) autorización(es) en su credistick para presentarlas cuando se le requiera, como a estar identificado en todo momento con un brazalete visible que no debe ocultar nunca, sígno de que (al menos en principio) está autorizado a encontrarse donde se encuentra haciendo lo que hace.
Este brazalete es analógico (goma elástica blanca) y puede mostrar un rectangulo azul (permiso de circulación en esta zona por trabajo), verde (permiso de trabajo en esta empresa o puesto), azul y verde (permiso de desplazamiento a trabajo autorizado), o naranja (libre circulación por todo San Francisco).
Una linea roja horizontal por debajo significa permiso de poseer vivienda (fuera de Berkeley u Oakland), y dos permiso para poseer vivienda y empresa(s), lo cual no significa necesariamente que se posean, pero si se ha otorgado el permiso probablemente sea debido a que se poseen.
Iguales ante la ley
Fuera de estas limitaciones, los metahumanos no tienen ningún handicap sobre ellos como ser atendidos después en los locales ni nada por el estilo, y de hecho, San Francisco está claramente en contra de la Ley de Redistribuación Metahumana impuesta por Saito y no sienten rechazo por los metahumanos, pero tal y como están las cosas, el SanFranciscano medio solo sabe que se llevaron a los metahumanos a Berkeley y Oakland y siendo aquello guettos a los que no hay necesidad de ir, no hay mucho contacto
ya con los viejos vecinos, por lo que siguen hacia adelante sin buscarse problemas.
Tampoco se persigue con el mismo celo a Trolls y a Orcos, que a Enanos y Elfos, siendo este precisamente el orden por el que son mas perseguidos, en lo que parece un claro racismo basado en invisibilizar y enviar la ostracismo a los que molestan visualmente al ideal japonés de belleza.
No obstante, los elfos tampoco se libran de ser tratados como dicta la ley aunque no reciban el mismo acoso que (especialmente) trolls, orcos o enanos, y en el caso de las elfas atractivas, el temor a la violación o la trata de elfas ha sobrevolado San Francisco desde el incidente de Johanna Wylde en 2039, y no es algo infundado, ya que todos los años hay casos, principalmente por parte de los militares de Saito, pero también por otros humanos (en su mayoría del policlub Humanis), metahumanos, o incluso agentes del SFPD que saben que son un colectivo legalmente desamparado.
Aunque no es parte de ninguna ley como tal, si es cierto que las denuncias de los metahumanos, especialmente si implican a humanos como agresores tienden a no tener toda la prioridad que debieran, siendo que los militares tienen control sobre el SFPD, por lo que una elfa que denuncie una violación a mano de orcos, humanos, o militares japoneses tiene normalmente pocas, muy pocas, y ninguna respectivamente posibilidad de obtener justicia.
Tantas como si un enano denunciase sufrir un atraco a mano armada en Oakland o Hillsborough (es mas fácil obtener permiso de residencia aquí que en el midtown), y algunas más que un troll que denuncie una paliza por orcos. Aunque sea por dar imagen puede que la denuncia de la elfa despierte interés, pero probablemente no prospere. El troll probablemente si es listo se ahorrará el tiempo perdido en denunciar.
(Naturalmente la denuncia habrán de ponerla por la matriz, o en comisaría de Oakland o Berkeley, ya que recordemos que no tienen permitido abandonar su zona ni para acudiar a denunciar).
Paso a paso hasta el apartheid
2037. Comienda la redistribución de metahumanos comenzó con la introducción de la ley de redistribución, empezando por los mendigos siendo cargados en furgonetas y echados en Oakland sin miramientos. Las revueltas no tardaron en producirse.
Viendo lo que se avecina, algunos metahumanos pudientes comienzan a marcharse a Glen Highlands, una zona de urbanizaciones ricas en Oakland venida a menos. Poco a poco, otros metahumanos adinerados les irán siguiendo.
En Berkeley, Thousand Oaks ya era una comunidad de elfos adinerados, que ahora al verse en el recien declarado guetto para los metahumanos afianza su identidad como refugio para elfos pudientes.
El realojo continuó por las clases bajas, obligándolas a marchar primero a otras casas de las que salían familias pobres a ocupar las casas que los metahumanos dejaban atrás. Comienzan a marcharse metahumanos, en dirección a Ángeles City, o fuera de California, ante el clima de inseguridad que se respira ante la inacción de California ni ninguna potencia.
2038. El nacimiento de la resistencia organizada contra Saito llegó según era de esperar al unirse los grupusculos de resistencia que venían operando desde finales del 36. La guerrilla urbana había comenzado.
Luego, con la introducción de las nuevas disposiciones en la Ley de Redistribución, estos cambios de viviendas pasaron a convertirse en cambios de titularidad permanente. Se dejó sin trabajo a los metahumanos, y se canceló su libertad de empresa.
Los militares van reubicando a las clases bajas y medias, mientras que los mas adinerados buscan la manera de mantener un perfil discreto y mantener su vieja vida a cambio de realizar donaciones a los militares y mostrarse serviciales.
2039. Asesinato de Johanna Wylde, una elfa de 14 años secuestrada y violada en un burdel por los militares japoneses.
2040. El término "Orkland" se había popularizado. El crecimiento de East Orkland se detiene, con las inversiones paralizadas viendo que el futuro de Orkland es ser un guetto. Muchas construcciones quedan como esqueletos inacabados hasta hoy.
Escaseando la vivienda en Glen Highlands, o necesitando algo más selecto, no pasó desapercibido para Saito que algunas fortunas élficas enfrentadas desde el primer momento prefirieron marchar a Orkland y fundar una ciudad para ellos (la nueva Forestland) antes que rebajarse.
Los ataques de represalia contra la MPA en Orkland (especialmente Central Orkland) se volvieron habituales, alcanzando calibre militar. Los ataques de los militares japoneses, cuando se producían, fueron raids de castigo que no tenían cuidado por los daños colaterales y dejaban cadáveres, escombros, casquillos por el suelo, y paredes ametralladas sin preocupación. Se iniciaron las que fueron llamadas "décadas del plomo".
Los metahumanos de clase alta fueron finalmente expulsados sin miramientos por sus abultados credisticks. Los que aguantaron hasta el final ahora fueron expulsados y debieron realojarse donde pueden. Algunos consiguieron vivienda en Forestland a medida que se edificaba, otros acabaron donde pudieron. Todos necesitaron llevarse sus empresas fuera de San Francisco para poder mantenerlas. Una buena afluencia de ellos acabó en Southwest Berkeley impulsando el tejido laboral de la zona.
2042. La población metahumana en San Francisco es del 15% de la que fue. De los 3,5 millones que eran en 2036 quedan más de medio millón de metahumanos por desplazar a Orkland y Berkeley (aunque muchos se han marchado de la metroplex por temor a Saito, sin mudarse ).
2050. Aunque ya los hubo con anterioridad, es en esta década cuando los okupas proliferaron en Central Berkeley haciendo suyos los viejos edificios de oficinas abandonados.
La iniciativa de redistribución de metahumanos se dió por concluída. En la plex se mantuvieron principalmente los de (muy) alta clase económica que fueron capaces de negociar su salvoconducto (es decir, donar regularmente al ejército nipón desde fortunas no alimentadas por negocios a su nombre en San Francisco). Todo metahumano visto fuera de Orkland y Berkeley sin su brazalete era abatido sin preguntas.
2060. Forestland ya no tuvo mas espacio para crecer. Es un desafio urbanístico a Saito al este de Orkland por parte de algunas grandes fortunas. Fin de las décadas del plomo.
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