Tótems sintoistas

El sintoísmo (como cualquier religión) puede recibir mucho detalle en tu campaña, tanto como quieras entre ser el centro de la campaña y describir que el santuario tiene un sacerdote y la gente hace reverencia al torii antes de entrar. Esto, como todo, es documentarse lo que uno quiera.

 
Igualmente los tótems shamanicos puede ser tan sencillo como usar los existentes con un toque cultural, o inventar nuevos que reflejen todos los matices que queramos. 
Por la primera opción el sintoísmo es fácil de encajar con los tótems de segunda y tercera (compatibles entre sí). Si no quieres desarrollar tótems específicos para el sintoísmo (para el vudú lo hicieron en Magia en las sombras, de tercera) puedes encajar así algunos ya existentes.
 

Tótems animáles y mitológicos
 
Zorro: Kitsune. Se considera al zorro como un símbolo de inteligencia y longevidad. Se le asocia al dios shinto Inari, y sus mensajeros son de un blanco puro. 
 
Wyrm: Seiryu. El dragón es otro de los Shijin, los cuatro animales sagrados que representan los puntos cardinales en la cultura japonesa. El dragón representa al oeste, el agua y la primavera. 
El tótem Wyrm encaja (de hecho, en este contexto, sospecho que Wyrm en el magia en las sombras pág 160 debiera traducirse como dragón). Wyrm es un tótem de montaña y no de agua, pero lo demás cuadra, y no es necesario cambiar el entorno; aunque los dragones asiáticos están asociados al agua, el dragón siempre ha sido de montaña en el folclore.

Fénix: Suzaku. Es uno de los Shijin, los cuatro animales sagrados que representan los puntos cardinales en la cultura japonesa. El fénix representa al sur el fuego y el verano. Los Shijin derivan de China, y los practicantes más puristas los rechazan como tótem. 
 
Gato: Neko. El gato no tiene relación con el sintoísmo, pero es un animal muy querido en el Imperio Japonés. Se cree que los primeros gatos llegaron a Japón desde China durante el período Nara (siglo VIII) para cazar ratones. A partir del período Heian (siglos VIII al XII) comenzaron a ser considerados mascotas, siendo retratados en obras de Ukiyo-e y clásicos de la literatura japonesa, como la novela "Soy un gato", (del escritor Natsume Soseki, un clásico de la literatura japonesa que presenta el mundo desde la perspectiva de un gato). 
Son famosas las islas de Aoshima, o Tashirojima con más gatos que habitantes. El templo (budista) más famoso es Gotokuji (el templo de los Manekinekos, en Neo-Tokyo) pero Tashirojima tiene Miyori-Jinja, o Neko-Jinja, un santuario que ha crecido desde El Despertar, y es venerado por los shamanes gato sintoistas.
 

Ciervo: Shika. Representan la pureza, la armonía con la naturaleza y el respeto a los dioses. Son considerados mensajeros de las deidades. 
Cuenta la leyenda que Takenomikazuchi-no-mikoto, una de las cuatro deidades del Santuario Kasuga, en la antigua Nara, apareció en el Monte Mikasa montando un ciervo blanco. Desde ese momento, estos animales fueron vistos como seres divinos y matar a uno de ellos era castigado (incluso con la muerte hasta el siglo 17).
Todos los veranos se celebra una ceremonia en el Santuario de Kasuga para honrar a los ciervos

Cuervo: Karasu. En la mitología sintoísta, el cuervo, especialmente el cuervo de tres patas (Yatagarasu), es un símbolo importante y tiene varios roles de guía, y mensajero divino. Yatagarasu, también conocido como el cuervo de tres patas, fue enviado por el dios Takamimusubi para guiar al emperador Jimmu desde Kumano hasta Yamato durante la Expedición Oriental. 
 
Ganso: Sagi. La garza, especialmente la garza blanca, es símbolos de pureza, longevidad, y buena fortuna. Representan la conexión entre el mundo natural y el espiritual, y a menudo aparecen en el arte y la poesía japonesa como emblemas de elegancia y paz. 
No existe un tótem garza, pero el ganso encaja perfecto.
 

Loro: Tsuru. La grulla de corona roja o grulla de Manchuria, simboliza la longevidad, fidelidad, belleza, y sabiduría. Las grullas de Manchuria se encuentran en riesgo de extinción. Existen dos poblaciones principales de grulla japonesa, una en la isla de Hokkaido al norte de Japón, que no migra y la segunda en el noreste de China, Rusia y Mongolia y migra hacia Corea del Sur y Corea del Norte en invierno. La población total de estas aves, se sitúa alrededor de 2.000 ejemplares.
No existe un tótem grulla, ni encaja el águila (por defensora), la mejor opción es el loro (por vanidoso o exhibicionista). El problema es su entorno, que podrías cambiar por "cualquiera cerca del agua".

Ave de trueno: Byakko (tigre blanco). Es otro de los Shijin, los cuatro animales sagrados que representan los puntos cardinales en la cultura japonesa. El tigre blanco representa al oeste el viento y el otoño. 
Su poderoso rugido es capaz de atraer tormentas y tempestades. Byakko es el señor de todas las bestias y su pelaje inmaculado es muestra de su longevidad ya que, según las leyendas, cuando un tigre alcanza los 500 años su pelo se vuelve totalmente blanco. 
No existe un tótem tigre, blanco o no, pero el Ave de Trueno encaja con el Byakko más que otros.
 
Mapache: Tanuki. En el folclore, el mapache tiene varios elementos que lo distinguen. Siempre usa un sombrero de paja que lo protege de las lluvias y la mala suerte. Sus inmensos ojos le permiten leer correctamente la realidad y tomar decisiones correctas. También lleva una botella de sake que representa la virtud y una libreta que le da seguridad para anotar datos importantes. Su inmensa panza simboliza la calma y la tranquilidad. Sus grandes testículos son símbolos de fortuna y éxito en los negocios. Su cola larga es símbolo de estabilidad. Finalmente, su gran sonrisa da cuenta de su amistad.
 
Tortuga: Genbu. La tortuga negra. El último de los Shijin. Representa al norte, la tierra y el invierno. Genbu es una entidad doble, es una serpiente que constriñe a una tortuga. Genbu es la pareja, y no cualquiera de los dos sin el otro. 
Genbu ofrece a sus shamanes dos aspectos; la tortuga y la serpiente, y un shaman de Genbu puede usar cualquiera de los tótem aunque tortuga sea el habitual.


Pez: Nishikigoi (pez de colores) o Carpa koi. La carpa koi tiene muchos significados. Este emblemático pez representa la valentía, la perseverancia, el coraje y el amor.
 
Rata: Nezumi. Representa la inteligencia, aprovechar las oportunidades, y la capacidad de adaptarse a las adversidades para salir adelante. No está relacionado con el sintoísmo, pero es un animal muy representado en el folclore tradicional.

Tortuga: Kame. También existe el propio tótem tortuga independiente de Genbu y los Shijin. La tortuga no está relacionada con el sintoísmo, pero el Imperio japonés considera a la tortuga símbolo de longevidad y sabiduría. 
 
Serpiente: Hebi. También existe el propio tótem serpiente independiente de Genbu y los Shijin. La serpiente es en el sintoísmo portadora de salud y riqueza. En concreto las serpientes blancas se consideran mensajeras de los dioses.

Perro: Inu. El perro representa la lealtad. No está relacionado con el sintoísmo, pero es un valor muy respetado en la sociedad nipona. 
P.ej, la historia del perro Hachiko (1923-1935) se hizo conocida a nivel nacional en Japón después de un artículo periodístico en 1932, y posteriormente a nivel mundial, encarnando la lealtad.
 
Leopardo: Komainu. Un animal mitológico chino de la dinastía Tang.  Los komainu (狛犬) —a veces llamados shishi, leones de Fu, o perros de Fu— son unas estatuas protectoras con forma de león asiático, comunes en la entrada de los santuarios sintoístas (Son el equivalente de los guardianes Nio en los templos budistas).
Su imagen pasó de China a la península coreana, Okinawa y Japón, donde ya en el periodo Nara (710-794) se comenzaron a usar parejas de kara-jishi (literalmente, «leones chinos»). En aquella época estaban hechos de madera o metal y sólo se encontraban en el interior. A partir del siglo XIV las parejas de komainu se comenzaron a colocar en el exterior. Para protegerlas de las inclemencias del tiempo pasaron a esculpirse en piedra. 
En el periodo Edo (1600-1868) dejaron de estar únicamente en templos y santuarios, y comenzaron a aparecer también en los caminos de acceso, al lado del primer torii de entrada, o en el camino de acceso de la monzen-machi.
No existe un tótem apropiado, pero el leopardo encaja. Encajaría más la gárgola, pero ese concepto de altura lo descarta por completo. El problema es su entorno, que podrías cambiar por "templos y santuarios".


Tótems de la naturaleza

Arroyo: Sutorīmu. El shaman toma su relación no con los arroyos en general, si no con uno específico al que sea afín. Cada arroyo sagrado (sutorīmu) puede tener su propio nombre y cobijará siempre un kami propio. 


Montaña: Reizan. Para el sintoísmo, las montañas también se consideran sagradas. Suelen albergar muchos santuarios, situados en sus cimas o en sus laderas. A veces, ni siquiera se permite el ascenso a la propia montaña, solo destinado a los propios Kannushi.  
El shaman toma su relación no con las montañas en general, si no con una específica a la que sea afín. El mayor ejemplo del Imperio es el Fujisan, o monte Fuji, y otros son el monte Nantai, Miwa, o las tres montañas de Dewa, entre otras.

El Fujisan es la montaña por antonomasia en el Imperio. Se cree que su cima es un lugar de encuentro de energías espirituales positivas. 
El Diamante del Fuji es una perspectiva forzada en la que el sol se coloca sobre la cima del Fuji. Es una vista muy deseada, pero muy escasa.
Existen santuarios en la falda, y en la cima el Fujisan Hongū Sengen Taisha.
La mayor parte del Monte Fuji es pública, pudiendo pasear libremente por su superficie, pero la octava etapa, que empieza a partir de los 3.200 metros hasta su cumbre, es privada, ya que pertenece al santuario. Esto se debe a que el fundador del shogunato Tokugawa donó el pico del monte a dicho santuario en 1606. Cuando llegó la dinastía Meiji en 1860, todos los santuarios privados fueron nacionalizados, excepto el Fujisan Hongū Sengen Taisha. Subir a la cima solo es posible de principios de julio hasta mediados de septiembre debido al clima. 
Cada año, el 26 y 27 de agosto, Kitaguchi Hongu Fuji Sengen, uno de los santuarios repartidos a los pies del Fuji (en Yoshida, o Fujiyoshida), alberga el Yoshida No Hi Matsuri, el Festival del Fuego de Yoshida, en el que se encienden por la noche más de 70 antorchas gigantes de pino de 3 metros de altura colocadas en la calle (así como numerosas antorchas menores de residentes). Esta práctica es centenaria y nació como un rito en honor al Fuji para aplacar su ira y que no entrase en erupción.

Roble: Shinboku (o goshinboku), árboles de cualquier especie que son venerados como santuarios para kami. El shaman toma su relación no con los Shinboku en general, si no con uno específico al que sea afín.
Las prácticas de silvicultura (como el daisugi) en las plantaciones forestales, implican que cualquier corte de árboles debe adherirse a un ritual que involucra a un Kannushi, pero cortar un Shinboku simplemente no es una opción en el sintoísmo.
 
Mar: Umi. Umi representa la constancia y la gentileza de una madre, ya que se escribe 海, y este kanji muestra una madre bajo un techo (constancia y gentileza, como la constancia del mar y su generosidad con las islas).
El mar es en el sintoísmo un elemento natural de gran importancia, manifestación de las deidades y símbolo de la vida y la pureza. 
Algunos santuarios son marinos, el más famoso de ellos es Itsukushima (isla de Miyajima) dedicado a las Tres Diosas de Munakata.


Tótems de los kami

Rey Oscuro: Izanami, la diosa creadora. Madre de los ocho grandes kami, incluyendo a Amaterasu. Murió en el parto al dar a luz al kami del fuego y se convirtió en la soberana de Yomi.
Como kami de la muerte y el renacimiento, es una especie de madre amorosa y gobernante que tiene un temperamento terrible y es propensa a ataques de ira y crueldad contra aquellos que la han ofendido. Es como la naturaleza, capaz de la vida y la muerte.

Creador: Izanagi, el dios creador. Cuando Izanami murió dando a luz al kami del fuego y descendió al Yomi, Izanagi intentó (pero falló) rescatarla del Yomi.[ 
Cuando, en su intento de rescatarla Izanagi miró antes de tiempo a su esposa, vió su monstruoso estado y ella se avergonzó y enfureció, por lo que le persiguió para matarle.
En el rito de limpieza posterior a su regreso, él engendró a Amaterasu (la diosa del Sol) de su ojo izquierdo, Tsukuyomi (el dios de la Luna) de su ojo derecho, y Susanoo (el dios de las tormentas y tempestades) de su nariz.[]

Sol: Amaterasu. La diosa del sol y la más importante en la religión sintoísta. Es considerada como antepasado de la familia imperial japonesa, responsable del ciclo de las estaciones y creadora de los cielos.
 
Luna: Tsukuyomi. El dios de la luna y el hermano de Amaterasu, responsable de las fases de la luna y de los cambios de la noche y el día. Su principal influencia es el Tsukimi, la observación de la luna, aunque se ha ido perdiendo en los siglos 20 y 21.
 
Padre Celestial: Raijin. El dios del trueno y los rayos, conocido por su apariencia temible. Se cree que su sonido ruidoso es el resultado de golpear un tambor para anunciar su llegada.
El tótem Padre Celestial no enfatiza debidamente los rayos y los truenos, pero no hay nada más adecuado.
 
Viento: Fujin. El dios del viento, responsable de traer los vientos y ayudar a los barcos a navegar por el mar.
 
Zorro: Inari. La diosa de la fertilidad y la agricultura, conocida por su relación con los zorros. 
Se debiera diferenciar a Inari como tótem, de zorro, pero hay ninguno que encaje.

El Rey del mar: Susanoo. El dios de la tormenta y mares, es el hermano de Amaterasu, conocido por su comportamiento impredecible y violento.
 
Cazador salvaje. Benzaiten. La diosa de la fortuna, la música, el conocimiento y las artes, puede conceder deseos y es asociada con la belleza y la gracia.
Ningún tótem encaja con Benzaiten. El cazador salvaje es lo único que hay.
 
El sabio guerrero: Hachiman. El dios de la guerra y la caza, conocido por su capacidad para proteger y guiar a los guerreros.
 
Wyrm: Yamata no Orochi. Una serpiente de ocho cabezas y ocho colas de apariencia temible, símbolo de la naturaleza y la fuerza. Fue asesinada por Susanoo en Izumo según el sintoísmo.



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