Sanja Matsuri

Cada tercer fin de semana de mayo, se celebra en Asakusa, uno de los distritos de Neo-Tokyo, el Sanja Matsuri.
 
Es uno de los tres festivales sintoístas más importantes de Neo-Tokyo y uno de los más multitudinarios y salvajes. Acuden alrededor de 2 millones de personas durante el fin de semana.


Este festival se celebra como homenaje a los tres hombres que fundaron el templo, pero culturalmente también es un festejo y pide a los kami  prosperidad para Asakusa.

Los tres mikoshi más importantes, que son los que hacen referencia a estos hombres y que pertenecen al santuario, son los protagonistas del evento principal del festival, celebrado el domingo.
El nombre del festival, que puede traducirse como «festival de los tres santuarios», hace referencia a estos tres mikoshi.
 
La leyenda cuenta que una mañana de marzo del año 628 dos hermanos pescadores del río Sumida, Hinokuma Hamanari y Hinokuma Takenari, encontraron en sus redes una estatua de la diosa Kannon. 
Hajino Nakatomo, un acaudalado arrendador, les explicó de quién era la estatua e introdujo a los hermanos en el budismo. 
Los tres hombres consagraron a la reliquia del Bodhisattva Kannon en el año 645 un pequeño templo.
 
En los principios del shogunato Tokugawa, Tokugawa Ieyasu designó a Senso-ji como un templo tutelar para el clan Tokugawa. 
 
Hoy en día es el más antiguo de Neo-Tokyo aunque fue reconstruido tras la segunda guerra mundial y los bombardeos que trajo sobre Tokyo.
 
Viernes
 
El festival comienza el viernes a las 13:00 con el Daigyoretsu (大行列) o «gran desfile», una procesión que transcurre entre la calle Yanagi (Yanagi Dori) y el famoso templo Sensōji.
 
Sacerdotes, autoridades de la ciudad, músicos, bailarines y geishas desfilan vestidos con trajes de la época Edo, acompañados por carrozas con músicos tocando flautas y tambores.
 
Al llegar al templo se celebra una danza ritual llamada Binzasara Mai (びんざさら舞) para pedir una cosecha abundante y prosperidad para la familia.

La danza recibe ese nombre por los curiosos instrumentos musicales de bambú que se tocan de manera similar al acordeón.

Por la tarde, los primeros mikoshi de los 44 barrios del distrito de Asakusa son llevados en procesión por las calles, acompañados por músicos tocando tambores y flautas japonesas.

Los mikoshi se usan en muchos matsuri y son un templo portátil donde se cree que va un kami (espíritu) dentro. 
El hecho de pasearlos por las calles del barrio es una forma de pedir por la prosperidad de los vecinos e incluso hay alguna gresca por ver quienes son los afortunados en portar el mikoshi. 
Los mikoshi son balanceados por sus portadores violentamente pues así se le pide al kami de su interior que bendiga a los presentes. Este ritual es llamado «tamafuri».

Sábado
 
Alrededor del mediodía un centenar de mikoshi pequeños y grandes se reúnen en el templo Sensōji para ser bendecidos y después salir desde allí en procesión por las calles para transmitir suerte y fortuna a Asakusa.

Algunos de los mikoshi son llevados a hombros por mujeres o por niños.

Domingo

El día más importante es el domingo. A las 6 de la mañana todas aquellas personas que quieren participar llevando a hombros los mikoshi, comienzan a competir por llevarlos empujándose unos a otros de manera vehemente dentro de los terrenos del templo.

Van vestidos con un atuendo cuyos colores representan el vecindario al que pertenecen y suelen ir más o menos ebrios de sake.
 

Debido a la violencia con la que se empujan, está prohibido que los espectadores atraviesen las puertas. 
Varios años los Yakuza toman los tres mikoshi, pero también muchos años alguna autoridad ordena aflojar durante la pelea para dejar que los ciudadanos participen en llevar los mikoshi.
 
A las 8, tras dos horas de lucha, salen los tres principales mikoshi desde el Sensoji, atravesando la calle Nakamise hacia la famosa puerta Kaminarimon, la del gran chōchin (farolillo) rojo que, en un día como hoy, se pliega para que puedan salir los mikoshi.
 
Los mikoshi parten en tres direcciones tras pasar por Kaminarimon  para desfilar por las calles circundantes visitando incluso las galerías comerciales. Siempre hay yakuzas alrededor de los mikoshi para encargarse de quien da el relevo al cansarse los porteadores, y aquellos que están en buenas relaciones con ellos encontrarán su oportunidad para llevar alguno al menos un rato.
Los mikoshi regresan a Sensoji a las 20 tras anochecer (18.40) tras 12 horas de desfile.

Durante este día se exhiben los mikoshi del sábado en las calles cercanas al Kaminarimon, por Umamichi-dori.
 
Asakusa de fiesta
 
Por supuesto, durante los días del festival, las calles cercanas al templo de Asakusa se llenan de puestos de comida, kioskos de juegos y enormes grupos de juerguistas en medio de un ambiente animado de tambores y flautas japonesas.

En estos días de celebración es posible ver muchas geishas por las calles, y los magos suelen lanzar ilusiones voladoras buscando elevar el ambiente. 
El matsuri es transmite en directo desde drones en varios canales de trídeo.
 
El Domingo la fiesta comienza con la salida del sol; para las 4.30 los más decididos comienzan a beber sake hasta presentarse en Sensoji a las 6 a pelear por cargar con un mikoshi.
 
Durante el Sanja Matsuri, los Yakuza despliegan todo su poder por las calles del barrio de Asakusa. 
 
Cientos de Yakuza son vistos, y es la Yakuza quien se encarga de la paz en el matsuri. Los rateros reciben instrucciones de dejar el matsuri tranquilo, y los traficantes callejeros de la zona del Sensōji asumen que en Mayo la Yakuza les va a pedir más dinero. Tanto las fuerzas del orden como los lugareños son conscientes que el crimen organizado manda durante Sanja Matsuri.
 
La Yakuza
 
En el día grande del Sanja Matsuri, el domingo, decenas de Yakuza se desnudan hasta quedarse sólo con el fundoshi —una prenda tradicional japonesa de tela, propia de los luchadores de sumo, que se anuda al cuerpo para formar una especie de calzoncillo o tanga, dejando incluso las nalgas al descubierto—.
 
Posan para los turistas, se colocan en la parte superior de los mikoshi para que todos puedan verlos e ilustrar a las claras quién manda, y sus mujeres (sus ane-san) se exhiben luciendo sus propios tatuajes
 

De hecho, la familia del clan que gobierne en Neo-Tokyo suele enviar hombres para disfrutar el matsuri y para apoyar en la seguridad, permitiendo que los locales se relajen y participen del matsuri.

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