Hermana Patricia

Ava Foltran nació en SanJo en 2027. Fue una niña obediente y formal, buena y colaborativa. Su familia no era creyente, pero ella desarrolló la fé pronto. 

Su vida fue normal hasta los 21, conjugando un interés por la historia, las armas de fuego (socia del campo de tiro del downtown), sus estudios, amistades y fé. 

A los 21 optó por entrar al seminario, aprovechándose de la reforma de Juan XXV un año antes, pero al año siguiente el padre Andrew la recomendó dejarlo. La vio determinada a ayudar, sin duda, pero el padre Andrew veía un futuro para Ava que no encajaba con la sotana.

En su lugar la redirigió hacia el matrimonio con Dios, y de esta manera una Ava de 24 años ponía su mirada en el noviciado. 

Sus guías en la fé

El Padre Andrew es un pintoresco párroco del downtown de SanJo, un antiguo miembro de las fuerzas especiales de los ECA que encontró la fé y se retiró al ELC a SanJo. 

Cree que el Sexto Mundo es un lugar violento, y que la iglesia debiera abrazar los nuevos tiempos sin poner la otra mejilla, devolviendo el fuego, como en su otra vida. 

"Pero si hubiera daño, entonces pondrás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe" Éxodo 21:23-25

Andrew es conocido y muy criticado en SanJo por sus posiciones, pero encuentra su reflejo en la Hermana Superiora Ángela del convento de SanJo de las Hermanas de la Preciosa Sangre. 

La Hermana Ángela adoptó su punto de vista la noche de 2045, en Lincoln (Nebraska, EUCA) en la que una banda asaltó el convento matando (o cosas peores) a las hermanas y prendió fuego al convento. Ángela estaba ingresada por una apendicitis aquella noche y se salvó. Tras aquello se movió a SanJo donde acabó en 2054 como madre superiora, encontrando sus posiciones cercanas a las del padre Andrew. 

Hacia esta mujer envío Andrew a Ava. 

El camino hacia Cristo

Ava pasó por dos años de discernimiento (hablando con monjas, visitando conventos, asistiendo a retiros y orando para determinar si su vocación es fuerte y a qué orden unirse), 4 semanas de aspiración (conviviendo 

Fue aceptada en el convento de SanJo, pasando a instalarse allí unos meses para formarse e iniciar finalmente su noviciado al estar lista.

Ava se convirtió en la novicia Patricia con 26 años, hizo sus primeros votos con 28 y con 31 los votos perpetuos, recibiendo su anillo y convirtiéndose en esposa de Cristo (2058). 

La congregación 

La congregación de las Hermanas de la Preciosa Sangre fue fundada en Suiza en 1834 por María Anna Brunner. Son una congregación apostólica devota a la oración Eucarística y motivada por el amor redentor de Jesús. 

Fortalecidas por la Eucaristía responden a las necesidades donde sean necesitadas. 

Están presentes en EUCA, ECA, ELC, Perú, Bolivia y Chile. Estuvieron presentes también en Guatemala en el pasado, pero el auge de Aztlan las expulsó.

Confian en los talentos y dones de cada Hermana para ser promovedora de la justicia, proveer voz a los que no tienen, y dar esperanza a los desesperados, y luz a los que viven en la oscuridad.

La justicia de Dios en la calle

Patricia acabó colaborando (2060) en la capilla del Padre Andrew en San José, en Mission San José, Fremont. 

Antaño una zona mas despejada y de edificaciones bajas, el auge de East Industrial convirtió Mission San Jose en otra zona mas urbanizada a medida que East Industrial crecía atrayendo trabajadores y nuevas obras. Toma su nombre de un parque que todavía hoy perdura, en el que se levanta la pequeña capilla de San José, de 1797. (En realidad, una réplica de ella, pues la original fue derriba por un terremoto en 1868, erigiéndose la reconstrucción en 1985). 

Actualmente la réplica se levanta solitaria en un parque plagado de vallas publicitarias y rodeado por edificios bajos, de poca altura pero suficiente para sobresalir por encima de los 7 metros de la misión. 

Alrededor de la misión, y en algunas otras urbanizaciones, el estilo de vida es alto, pero en el resto del distrito el estilo de vida va de bajo a medio.

No llevaba un año colaborando cuando un atardecer un trio de vagabundos del barrio del Neoyen entraron en la iglesia armados con pistolas intentando robar. 

No repararon en la hermana Patricia, que con su inseparable Manhunter les dio el alto. Cómo los sin techo respondieron con balas, Patricia hizo lo mismo y con mucha mejor puntería fue quien quedó en pie. 

La policía no puso impedimento a que una monja asaltada en su iglesia se defendiese de unos vagabundos, y la cosa quedó así excepto para el Padre Andrew que comenzó a entrenarla con lo que retenía como antiguo fuerzas especiales para convertirla en lo que él llama "la justicia de Dios en la calle". 

"Amados, nunca os venguéis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira {de Dios,} porque escrito está: MIA ES LA VENGANZA, YO PAGARE, dice el Señor" Romanos 12:19

Desde entonces, la Hermana Patricia no ha abandonado su servicio en la iglesia ni a sus compañeras del convento, pero ha comenzado a patrullar Fremont, y en menor medida el downtown de SanJo o el de SanFran buscando víctimas de los violentos de las calles, para devolverles a los violentos su medicina.

"El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre" Génesis 9:6.

Una mujer sola no puede marcar la diferencia, pero cada inocente que salva es una buena obra. Patricia no matará a la ligera, pero tampoco dudará en desatar violencia extrema si cree que el agresor no atenderá a razones. 

"Oh Señor, Dios nuestro, tú les respondiste; fuiste para ellos un Dios perdonador, mas también vengador de sus malas obras." Salmos 99:8

Desaprobada por sus hermanas de la congregación, solo algunas pocas apoyan sus métodos; la mayoría insisten con fervor en que las sagradas Escrituras priman un mensaje de amor y no venganza por cada frase que se puede tergiversar sobre la venganza. 

Y esta es la postura oficial de la Iglesia, pero es posible que la Iglesia no tenga que lidiar con pandilleros que matan a un joven y violan a su novia antes de volver a la barra a pedirse otra ronda.